martes, 24 de julio de 2007

Aprendan de la cigüeña

Hecha bolita sobre alguna frazada
(vestida siempre),
tus puños abiertos,
tu pelo lacio.
Tus ojos abiertos sin esfuerzo,
sin parpadear.
Así es, todos los cíclopes dicen que quien no se esfuerza no parpadea.
Y luego callan, mueren todos igual los cíclopes.

Luego, yo creo que estaba a tu lado.
O vos al mío, los cíclopes no refieren al respecto, aunque bien lo saben. Creo que yo al lado tuyo.

Pero la foto de mi pose inmóvil y dura me la tomaste sentado. Y mis puños se ven cerrados, mi lacio pelo se había enrulado. Y ¡la puta madre! Sí, así es, los cíclopes refieren: la alta temperatura corporal modifica momentáneamente un gen que eriza el pelo y luego lo enrula.

Pero antes de teorizar sobre la situación de un hombre sentado al lado de una mujer suave, los cíclopes mueren. Y vos eras cíclope.
Por eso sufrí. Y por eso moriste.
Confirmado, yo estaba a tu lado.

2 comentarios:

Hipotermia dijo...

Los cíclopes no dijeron nada. Pero el autor dijo algo muy hermoso.
Me gusta este autor.

Anónimo dijo...

qué tristeza!
es un solo ojo
y un ojo que se quedó
solo.
Extra brut, barón b!